Queremos volver a exportar colchones: Espumas Santander
Durante 25 años, Espumas Santander ha producido colchones y muebles. Hoy se prepara para volver a vender al exterior, especialmente a Centroamérica.
Tras un receso de casi ocho años, Espumas Santander enfila toda su maquinaria para iniciar nuevamente con el proceso de ventas al exterior. Le apunta a los mercados de Centroamérica, Puerto Rico y Panamá, principalmente.
“En este momento, el mercado colombiano tiene que crecer, pero el consumo interno se ha resentido desde hace un año con los incrementos de la inflación y la devaluación del peso, así que los consumidores posponen algunas decisiones como la compra de colchón. Entonces, es un buen momento para que ese mercado empiece a crecer con exportaciones, y estamos en esa tarea, muy optimistas de los resultados que se puedan dar, ya que, realmente, la calidad de los productos es reconocida”, indicó el presidente de la compañía, Isnardo Guarín.
Y es que lo nació hace 25 años como una pequeña fábrica de colchonetas en el centro de Bucaramanga hoy es una de las empresas insignia de la región, con capacidad para producir la mitad de la espuma que se consume en el país, según afirma Guarín, contundentemente.
Para ese propósito, la empresa viene haciendo cambios estructurales desde hace tres años, tanto en su planta física como en su área comercial.
La compañía instaló una espumadora continua (una de las seis de su tipo que hay en Colombia), cuyo proceso de instalación demoró ocho meses. El objetivo es la producción del insumo principal que le da vida a esta empresa: la espuma.
Con estos incrementos en la producción, el equipo comercial también debía responder. Por esa razón, hoy la marca no solamente es reconocida en Santander y en el nororiente del país, sino que hace presencia con aliados comerciales en Cali, Medellín y Barranquilla, donde tiene distruidores exclusivos, y en Bogotá, donde funciona la segunda fábrica de la compañía, de la que está a cargo uno de los hijos de Isnardo.
Espuma innovadora
Sin embargo, los cambios no se han hecho pensando en sacar los mismos productos de hace 20 años. La innovación en esta materia, aunque la espuma siga siendo espuma, ha sido crucial para que la empresa se mantenga a flote.
Precisamente, se preparan para ser expositores de la Feria del Hogar, en donde los visitantes del estand de la empresa podrán conocer, mediante realidad virtual, cómo funciona su organismo, y en especial, ver su estructura ósea. “Con un traje especial, la persona podrá ver cómo están sus huesos. Es una maravilla”, dijo Guarín.
A esto se suma el hecho de que también harán el lanzamiento de la nueva generación de colchones con efecto resortado, pero sin resortes. “Estamos llegando con presentaciones nuevas adaptadas a las necesidades del consumidor, pero también pensando en el medio ambiente, y de allí salen soluciones como estas”, indicó el presidente.
Así que si se trata de innovación, Guarín tiene los procesos presentes.
Cabe recordar que la compañía es la única en el país que le imprime aroma a sus colchones, y no solo se trata de regarles olor a vainilla. Los estudios, avalados químicamente, se dieron para que sea la misma espuma la que huela desde su interior. Tardaron casi cinco años en lograr resultados positivos, en una alianza entre químicos de la empresa y expertos de Brasil.
A la lista de colchones con aroma también hay que añadirle otros productos, como los colchones con sensación antigravedad y las espumas que conservan la memoria, es decir que su forma y elasticidad no se pierden, a pesar del uso que se les dé.
Ser empresario es de valientes
Isnardo Guarín es toda una institución en la producción de espumas. Hoy, en su empresa, también están involucrados dos de sus hijos, que se preparan para seguir expandiendo comercialmente el negocio.
Este sangileño es adminitrador de empresas y cuenta con más de 20 años de experiencia en la industria. También es subtieniente retirado del Ejército, motivo por el cual está rodeado de diferentes distinciones de la institución que siguió cosechando en su faceta como empresario.
Su vida en la industria la comenzó en Cali, como gerente comercial de una multinacional. Luego de haber trabajado en dos empresas más del mismo sector, decidió regresar a Bucaramanga, y fue así como montó su propia fábrica, una muy pequeña en la que solo se producían colchonetas y en la que trabajaban cinco personas. Pese a que su negocio era pequeño, confiesa que nunca dejó de creer en que se podía convertir en una empresa con mucha más capacidad. Hoy, ese sueño genera 200 empleos para la región, especialmente en el norte de Bucaramanga.
Su empresa la vio crecer un par de años después de haberla iniciado. Invirtió en maquinaria y decidió que también debía ampliar sus instalaciones. Fue así como el negocio se trasladó del centro al norte de la ciudad, donde funciona actualmente.
Sin embargo, cosechar los sueños no es fácil. Hace más de una década, como consecuencia de un incendio, la mitad de la fábrica se quemó. Aunque los procesos operativos no pararon, la fábrica tuvo que dejar de producir un tiempo, mientras recuperaba lo perdido.
“Sí pensé en cerrar. Obviamente, ante una situación de esas, es lo que automáticamente uno piensa; pero no lo hice, quería sacar la empresa adelante y otra vez nos llenamos de motivos para continuar”, indicó.
Hemos tenido un crecimiento impresionante durante los últimos años, haciendo inversiones y abriendo comercialmente la empresa al resto del país. Hoy estamos en una fase de consolidación y de buscar mercados en el exterior. También estamos ajustándonos a esta realidad económica que vive el país, pero somos muy optimistas de que se reactiven nuevamente las ventas, especialmente para final de año, una época muy buena”, concluyó el empresario.
Publicada por: DIANA C. LEÓN DURÁN – Tomada de: www.vanguardia.com